La anemia es un trastorno de la salud causado por una falta de glóbulos rojos o de hierro en la sangre. La anemia también puede ser causada por una variedad de trastornos médicos, incluyendo deficiencia de vitaminas, enfermedades crónicas, trastornos de la sangre, enfermedades del hígado y problemas renales. En algunos casos, la anemia también se puede producir como resultado de la pérdida de sangre.
Los síntomas de la anemia pueden incluir:
- Fatiga extrema
- Palidez
- Dolor de cabeza
- Mareos
- Respiración agitada
- Latidos cardíacos rápidos
- Pérdida de apetito
- Debilidad muscular
- Depresión
- Calambres en los músculos
- Hormigueo y entumecimiento en las extremidades
- Pérdida de cabello
- Uñas débiles y frágiles
Si no se trata la anemia, puede provocar una serie de afecciones graves como problemas cardíacos, problemas de aprendizaje, problemas de coordinación, problemas de crecimiento y desarrollo, cansancio extremo, falta de energía, pérdida de cabello, piel pálida, dolores de cabeza, palpitaciones, falta de aliento, entumecimiento de las extremidades, etc.
El tratamiento para la anemia depende de la causa subyacente. La anemia puede tratarse con dieta, suplementos vitamínicos, medicamentos o, en algunos casos, una transfusión de sangre. El tratamiento también puede incluir medicamentos para tratar la enfermedad subyacente, como la artritis reumatoide o la enfermedad de Crohn. La terapia de reemplazo hormonal también puede ser útil para la anemia relacionada con la menopausia. En algunos casos, una cirugía para tratar una afección que causa anemia, como una hemorragia interna, puede ser necesaria.
Existen muchas formas de anemia, cada una con su propia causa. Puede ser temporal o prolongada y puede variar de leve a grave. Si sospechas que podrías estar padeciendo anemia, es muy importante buscar atención especializada antes de que los síntomas puedan afectar tu calidad de vida.